La crisis sanitaria deja sin trabajo a una de las figuras más relevantes en la carrera deportiva de un golfista profesional, su caddie.
Los caddies viven de sus ingresos semana tras semana, ahora y ante la falta de torneos, estos no cuentan con el apoyo del circuito europeo ni con ningún seguro que les salvaguarde sus espaldas.
No es fácil ubicar a los caddies dentro de los eventos deportivos. Hay ciertas dudas sobre si hablar de ellos como deportistas, ayudantes o entrenadores, lo que sí está claro, es que al final, son una pieza clave.
Algo así como el ingeniero en la F1. Que traducido al mundo del golf, se trataría de tener el equipamiento del jugador en perfectas condiciones, además de saber gestionar la dirección del viento, leer caídas y la elección del palo.
Ahora, y después de la situación que estamos viviendo, muchos caddies están viendo como su modo de trabajo no está correctamente regulado.
En primer lugar porque no se necesita ningún título que acredite que lo eres, cualquiera podría ejercer como caddie, unos quizá lo hagan con mayor acierto que otros, pero no se necesita más que conocimiento sobre el deporte, el campo y lo más importante, el jugador.
Bajo estas premisas, los organizadores de los eventos deportivos no se quieren hacer responsables de su pago, argumentando que deberían ser sus jugadores quienes respondieran.
A día de hoy, todavía se está trabajando con el circuito europeo para dar con la tecla de esta situación.