La armada valenciana continúa donde lo dejó el año pasado y abre el curso 2022 disfrutando de nuevo de un metal
Hoy miércoles celebramos el día Internacional del Deporte a lo grande. A lo grande porque nuestros chicos han vuelto a dejar el pabellón muy alto, han sabido competir, han sabido ganar, han sabido sufrir, pero sobre todo, han sabido digerir una dura derrota como la de ayer.
Tocaba por lo tanto olvidar las raras sensaciones del martes, ponerse a jugar como ellos saben hacerlo, ir a por banderas y todo ello con la confianza de un equipo al que le avalaba la plata de la pasada campaña.
Mentalizados con el papel que todavía tenían por delante, el equipo conseguía decantar a nuestro favor el primer punto, un Foursome que sería decisivo puesto que acabaríamos empatando en los individuales; unas actuaciones las de Santiago Juesas y Francisco Gavilán dignas de elogio, pues con una diferencia de 4/3, tal y como decimos, lograban inaugurar el marcador.
Desde ahí se jugarían los otros 4 puntos en juego en forma de individuales, unos match desde luego no apto para cardíacos. Cedíamos en el primer encuentro y ganábamos el segundo por medio de Jorge de la Concepción, también por 4/3.
Es entonces cuando únicamente quedan dos partidos en el campo y tenemos la obligación de al menos, ganar uno. Edgar Betoret y Raúl Gómez, en ellos terminaba residiendo la presión de vencer o de ser vencidos, Betoret venía con una ligera desventaja en el marcador de cara a la recta final, pero Raúl, en gran control de su juego durante toda la semana, nos regalaba la dosis de emoción del Inter. Con el punto de Betoret en el aire, Raúl Gómez perdía en su hoyo 16 y 17 (recordamos que se ha salido a tiro) para llegar al tee del “18” con All Square en el marcador… y desde ahí, se desata la locura.
¡SOMOS DE BRONCE!